Seguimos con los por qué

Con un par de horas de atraso...
      De pequeña tuve que cambiar varias veces de colegio a lo largo de primaria y, después, en bachiller. Todos los colegios tienen cosas en común y, a la vez, todos son distintos. Pero,sobre todo, es el trato con los compañeros, el concepto que tengan de tí, lo que puede inclinar la balanza. A lo largo de primaria fuí una niña retraída, chapucera, habladora, tímida, vaga, estudiosa, notable,... Donde me trataron como a alguien del montón, fuí del montón. Donde creyeron que destacaba sobre los demás, destaqué.
Recuerdo el primer ciclo de primaria, los primeros exámenes y yo sin saber estudiar. Recuerdo después haber "aprendido a estudiar". Aprendí a sacar buenas notas incluso en lo que no me gustaba, en lo que no entendía... y saqué buenas notas. Punto. Realmente no me preocupaba aprender, me daba igual, lo único importante eran las notas que te llevabas a casa, los exámenes. Durante muchos años esa ha sido mi principal ocupación: aprobar exámenes. Quiero que mis hijos aprendan desde la comprensión, que aprender sea algo ameno, que les motive. No quiero que estudien, quiero que investiguen. Quiero enseñarles a encontrar las respuestas que necesitan, a buscarlas junto a ellos. Quiero otro tipo de enseñanza en la que lo fundamental sea aprender a ser, a convivir, a encontrar soluciones... y no a memorizar.