Este invierno he estado llevando a B a un curso de natación. Era dos días por semana en los que al salir del cole merendaba, íbamos a la piscina (lejos), volvíamos a casa, cenaba y a la cama. No quedaba tiempo para nada más. La vida escolar te limita mucho. Pasan las mejores horas del día entre cuatro paredes y, cuando salen, si quieren hacer algo que a ellos les gusta (piscina, karate, fútbol, gimnasia, ballet, dibujo,...) tienen el tiempo justito para jugar o hacer los deberes (si, después de tantas horas en el cole parece que no es suficiente).
Recuerdo que cuando empecé a trabajar para mi el trabajo era como unas vacaciones pues sólo trabajaba de 08:00 a 15:00. Mientras estudié daba clases de danzas y ayudaba en el negocio de mi madre, con lo que tenía muy poco tiempo que aprovechaba como podía. A todos nos gusta disfrutar de nuestro tiempo, ¿por qué les negamos esto a nuestros hijos?. Yo quiero que mis hijos disfruten de la vida según va llegando, que tengan tiempo para hacer las cosas que realmente les gusten. Que puedan probar distintas opciones para ver si tal vez encuentran la que les gusta. Quieron que mis hijos vivan el presente aprendiendo mientras se divierten y no compitiendo por sacar mejores notas olvidándose del día a día.
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